Las emociones y el inconsciente en la comunicación audiovisual estan estrechamente ligadas.
Para el cognitivismo las emociones son procesos mentales fríos similares a cualquier pensamiento, otros creyeron que gran parte de los procesos mentales se daban en el ámbito de la inconsciente en una parte de la mente primaria, instintiva, llena de pulsiones reprimidas, no accesibles a la consciencia (Ferres i Prats, 2003:58).
La neurociencia ha demostrado que el cerebro funciona como in todo integrado de módulos especializados o interconectados y que los que rigen las emociones son diferentes de los que rigen la racionalidad. También ha demostrado que muchos estímulos llegan de forma inconsciente que pero que pueden producir efectos importantes en el pensamiento y la conducta.
La eficacia de los medios audiovisuales se basa precisamente en la emotividad, y la facilidad con que este medio da respuestas a esas necesidades. Por ejemplo, películas y programas televisivos permiten que el espectador se proyecte y se vea reflejado. En este sentido es interesante “El sujeto en la pantalla” de A.Machado, que facilita algunas de las estrategias mediante las cuales el propio lenguaje cinematográfico consigue este tipo de identificación y proyección del espectador con el personaje.
El product placement, es un claro ejemplo de esta asociación, de hecho en muchos casos se introducen personajes en las tramas solo con el fin de promocionar ciertos productos. La mente emocional funciona por asociación y atribuye valores a las cosas, que quedan asociados a estas. Si atribuimos valores positivos a algún sujeto los objetos relacionados con este adquieren a su vez valores positivos.
Algo similar ocurre con la sociología del objeto. Baudrillard aplicó el método estructuralista al análisis de lo cotidiano, y a través del análisis del lenguaje de los objetos determino que todas las cosas que rodean al hombre, hablan de él, de su propietario, sus motivaciones, esperanzas y deseos…Demuestra con esto que el diseño ya no so proyecta solamente a partir de la función ultima del objeto sino de la relación que este tiene y ejerce con el entorno y con el hombre.
Lo cierto es que el poder del medio audiovisual para atrapar y manipularnos a través de las emociones es enorme. Por eso lo importante no solo es ser conscientes de lo que ellos tratan de inocularnos de forma subliminal o a nivel inconsciente, sino que es importante la respuesta del espectador a este estímulo.
Una respuesta reflexiva consciente solo es posible con una formación comprometida del espectador. La educación en medios debería hacernos conscientes de esos impactos, ayudando a convertir lo inconsciente en reflexión.
Recursos concultados:
Las emociones y el inconsciente en la comunicacion audiovisual. Joan Ferres y Prats, 2003, para el libro de varios autores coordinaado por Murduchovicz, COMUNICACIÓN, MEDIOS Y EDUCACIÓN. 2003. Ed. Octaedro.
jueves, 15 de septiembre de 2011
EMOCION Y MEDIO AUDIOVISUAL
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